lunes, 30 de julio de 2018

Arder

Siempre he pensado que las normas están para que alguna persona venga y las rompa, pero nunca me he considerado a mi misma una de ellas… hasta que te conocí a ti.

En ese justo momento, las pocas reglas que todavía se mantenían erguidas en mi cabeza, empezaron a tambalearse, y lo único que yo quería hacer era derrumbarlas para así poder usarlas de escalón hasta tu boca, aquello que yo tanto quería pero que tenía prohibido. 

Desde el momento en el que el mar de tus ojos chocó con las montañas de los míos supimos que algo grande iba a pasar entre los dos, que íbamos a pecar juntos; pero ya sabes eso que dicen: el infierno solo te quema cuando nunca ante te has quemado, y después de aquella tarde en mi habitación en la que rompimos normas, voces y esperas, no creo que debamos preocuparnos nunca más por pasar ese calor. 

Así que, ahora, sabiendo que ya estamos condenados para siempre, ¿ por qué no te vienes conmigo, allí donde se inició el fuego y terminamos de ardernos?

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