sábado, 25 de agosto de 2018

Nos conocimos


Dicen que cada vez que se nos acelera el corazón se nos hace corto el tiempo, y que cierto fue eso el día que nos conocimos.

Nos conocimos en un bar del extrarradio, con dos copas de más cada uno y con muchas ganas de contar la historia que nuestros cuerpos nos tenían preparada.

Creo que nunca podremos olvidar la manera en la que tu te acercaste a mí, como si tuvieras miedo a que me fuera a romper, pero como fui yo la que te rompió todos los esquemas después de una carcajada.

Podemos recordar como el clima del bar fue calentándose en la misma medida en la que tu ibas acercándote a mí, y como llegó a su punto más álgido en el momento que nos unimos.

Ya te lo he dicho, me acuerdo de ese momento todos los días de mi vida, y hoy todavía sigue acelerándose mi corazón al hacerlo.

viernes, 24 de agosto de 2018

Ayer


Ayer me volví a acordar de ti. No sé si fue ese chico, que llevaba la misma chaqueta que tu tanto solías ponerte, la canción que sonaba y que todas las parejas bailaban, o simplemente fue beber ron sin compañía, pero algo hizo que volvieras a mi mente.

Y lo hiciste como siempre te gustó aparecer: a lo grande y con mucho ruido. Te colaste dentro de mí, y no hubo manera de sacarte de ahí. Fíjate que lo intenté: aparté al chico de la chaqueta, me tapé los oídos hasta que la canción terminó, y el ron me lo terminé (al igual que me terminé los siguientes cinco o seis).

Fue entonces cuando caí, cuando por fin entendí porque seguías dentro de mí, porque no te marchabas, y es que no eran las cosas las que te volvían a acercar a mí, sino que era que tu nunca me habías dejado.

martes, 21 de agosto de 2018

Por mí


Fue difícil elegir con cual de los dos iba a quedarme. Nunca pensé que me vería en esa situación.
Fue difícil porque tú me dabas esa ferocidad que siempre había querido tener, mientras que la otra opción era calma tras la tormenta, que me arropaba pero que nunca se encargaba de hacerme querer destaparme en busca de aventuras.
También lo fue porque cuando me cogías entre tus brazos, sentía como empezábamos a arder sin necesidad de cerillas, pero es que la otra opción era mar impetuoso, con grandes olas que amenazaban con llevarme a la deriva, pero que quieres que te figa, siempre he sido más agua que fuego.
Sí, fue difícil saber con quien quedarme, pero en esta pelea, pase lo que pase, siempre me elegiré a mi.

domingo, 12 de agosto de 2018

Por los dos

No te voy a pedir que me vuelvas a querer como antes lo hacías, no. Se que es imposible que semejante sentimiento vuelva a salir, y más después del tiempo que hemos pasado separados.
No te voy a pedir que vuelvas a confiar en mi como lo hacías antes, la confianza es algo difícil de conseguir, que requiere mucho tiempo y esfuerzo por ambas partes, y yo a nosotros todavía no nos veo preparados para semejante responsabilidad otra vez.
No te voy a pedir que vuelvas a mirarme a los ojos con ese brillo que los tuyos siempre han tenido, porque el tiempo (y para que mentirnos, yo), se ha encargado de apagarlos, lentamente y sin necesidad de repeticiones.

Lo que si que voy a pedirte es que no cedas ante las adversidades que nos van a poner por delante, que ahora que nos hemos vuelto a juntar (porque como ya te dije en su día somos dos imanes que siempre se terminan juntando), no volvamos a dejar que nada ni nadie nos separe, porque hemos luchado mucho los dos, por esta cosa que no tiene nombre pero que es tan nuestra....

Y tu tranquilo, que si no te ves preparado para volver a entregarme tu alma y tu corazón, yo lo haré por los dos. 

jueves, 2 de agosto de 2018

Conexión

Que difícil va a ser explicarle a la gente esa conexión que entre ambos teníamos, que con tal solo una mirada ya se dejó intuir, que hacía que el resto de las personas, que coincidían en la misma sala que nosotros se pararan a observarnos para poder ver como nos quemábamos mutuamente . 

Hostia si va a ser difícil hacerlo, pero es que va a serlo mucho más el explicarles porque nos separamos. Lo hicimos porque fuimos cobardes, y egoístas, porque decidimos no arriesgar por el miedo que nos entró de que la otra persona supiera de su poder sobre nosotros, porque no quisimos dejar ver la magia que se formaba entre nosotros cuando nos cogíamos de la mano destino a tu casa, al igual que tampoco dejamos ver las ganas que teníamos de comernos vivos en cualquier esquina de la ciudad, sin hacer caso a esas miradas ajenas…

Maldito sea el día que decidimos no hacerle caso al destino y que nos dejamos marchar y yo te digo que ojalá  hubiéramos dejado marchar a todos nuestros miedos en vez de a nosotros.