Fue difícil elegir con cual de los dos iba a quedarme. Nunca
pensé que me vería en esa situación.
Fue difícil porque tú me dabas esa ferocidad que siempre
había querido tener, mientras que la otra opción era calma tras la tormenta,
que me arropaba pero que nunca se encargaba de hacerme querer destaparme en
busca de aventuras.
También lo fue porque cuando me cogías entre tus brazos, sentía
como empezábamos a arder sin necesidad de cerillas, pero es que la otra opción
era mar impetuoso, con grandes olas que amenazaban con llevarme a la deriva,
pero que quieres que te figa, siempre he sido más agua que fuego.
Sí, fue difícil saber con quien quedarme, pero en esta pelea,
pase lo que pase, siempre me elegiré a mi.
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