viernes, 24 de agosto de 2018

Ayer


Ayer me volví a acordar de ti. No sé si fue ese chico, que llevaba la misma chaqueta que tu tanto solías ponerte, la canción que sonaba y que todas las parejas bailaban, o simplemente fue beber ron sin compañía, pero algo hizo que volvieras a mi mente.

Y lo hiciste como siempre te gustó aparecer: a lo grande y con mucho ruido. Te colaste dentro de mí, y no hubo manera de sacarte de ahí. Fíjate que lo intenté: aparté al chico de la chaqueta, me tapé los oídos hasta que la canción terminó, y el ron me lo terminé (al igual que me terminé los siguientes cinco o seis).

Fue entonces cuando caí, cuando por fin entendí porque seguías dentro de mí, porque no te marchabas, y es que no eran las cosas las que te volvían a acercar a mí, sino que era que tu nunca me habías dejado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario