Si quieres que te diga la verdad, hay una cosa de nosotros
que siempre me intriga y es como es posible que siempre nos sigamos encontrando
mutuamente, hasta cuando la noche es muy oscura, aunque no brille ni una sola
estrella, aunque nuestros ojos estén ciegos.
Supongo que seremos de esos llamados imantados, que por mucho
que se esfuercen en separarse, por mucho que lo intenten con otros polos,
siempre vuelven a juntarse, como estaban al principio.
Quien sabe que es lo que nos pasa, pero hay una cosa que te
tengo que pedir y es que, ya que el destino, la casualidad o nuestros propios
cuerpos que no saben vivir sin la cercanía del otro hacen que siempre nos
encontremos, no te vayas a ningún lado sin llevarme contigo.
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